
Volando Alto
La primera vez que viaje en globo aerostático fue en unas vacaciones familiares en Egipto. Tenia 18 años. Fue una sensación única e increíble. Nos levantamos a las 4 am, y si bien nunca es divertido despertarse tan temprano, todo lo que paso después sin dudas valió la pena. Yo me moría de felicidad, me explotaba el corazón, y mi hermano se moría de miedo. Las luces rosas y amarillas del amanecer, el sonido del silencio y el calor del fuego que desprende el motor del globo me tele transportan a un mundo fantástico en donde nos existen las fronteras.
Desde que leí ¨La Vuelta al mundo en 80 Dias¨de Julio Verne me propuse con todas mis energías a nunca parar de viajar y a indagar en las diversas maquinarias, desde los tiempos mas remotos, que nos transportan en los viajes. El globo ya de por si representa una aventura: es mágico, es nostálgico, es romántico, es surreal, es de ensueño. Y quizás por esta razón lo elegí como locación para realizar la campaña Otoño Invierno 2020.
Nos levantamos, o mejor dicho, no nos levantamos porque nunca dormimos, a las 2am para empezar con pelo y make up en el atelier de Belgrano. A las 4 am salimos camino a Cañuelas a encontrarnos con Norberto (el Señor del Globo). Llegamos todavía de noche, el campo estaba frio y gris rodeado de una niebla espesa casi escalofriante. Y entre el cansancio, las risas nerviosas de volar, el miedo y la adrenalina nos dispusimos a observar todo. Y la magia comenzó, la iluminación cada vez mas clara en el cielo, la canasta de mimbre casi de cuento, la tela inmensa inflándose en el medio del campo, los colores del globo, los colores del amanecer, los cuentos de Norberto, la salida del sol amarillo como una perfecta esfera, el calor del fuego. Trabajamos, nos reímos del sueño y del miedo, logramos hacer unas fotos únicas y un video hermoso que no vamos a olvidar.
Gracias al equipo magnifico que se animo a volar !